samedi 26 mars 2011

Chroniques d'un toile. Premier jour

Miró en derredor suyo en el mismo momento en que pudo por fin despegar los parpados tras lo que pareció una eternidad.

Paredes desquebrajadas de una mezcla de colores tostados se erguían ante ella a modo de foso comparable con el de un zoológico, con una textura de falso granito y un techo de aparente obsidiana.

Vértigo. Desamparo inquietante.

Finalmente el abismo parecía haber vencido y haberla arrastrado en sus brazos como un egoísta y cruel amante.

Se sentía terriblemente cansada y asustada. Sin fuerzas para pensar o tan siquiera moverse.
Sus músculos se tensaron en un acto reflejo ante ese temor a la incomprensión de la situación en la que se encontraba.

Se hundió sobre si misma, encogiéndose, con la única finalidad de pasar desapercibida. 



No quería ver aquellos cortantes muros.
No quería sentir el gélido y desagradable suelo bajo su piel.
No quería escuchar aquel aplastante silencio que reventaba tímpanos con su sencillez.

Cerró los ojos con fuerza.
Pesadilla.
Solo podía tratarse de eso.
Cuando los volviese a abrir todo aquello habría desaparecido para ella.

Pero no volvió a abrirlos. No durante horas.
Porque realmente era consciente de la asfixiante realidad de su entorno.


Calma.
Picor en la piel.
Preludio de una tormenta eléctrica.

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