Déjame interpretar mi papel unos minutos mas, hasta la hora del cierre.
Permíteme prorrogar esta tragicomedia, versificar mi pantomima sin corchetes de por medio.
Déjame seguir con mi actuación, dramatizar cada momento, hasta que mi tejedora lengua de engaños, que no mentiras, se seque.
Hasta que la máscara de expresiones griegas y tintes venecianos se agriete y me atraviese a base de esquirlas, cual cerámica expuesta a bruscos cambios.
Concédela tiempo a que su cotidiana tenacidad la funda a mi rostro, de modo que rutinariamente no tenga que despojarme de ella antes de acostarme.
Déjame popularizar esta farándula.
Te reservaré un asiento en primera fila, solo para ti.
No preciso guión alguno, aplausos ni susurros entre bastidores.
Nunca fallo sobre el escenario de este corral de comedias.
Me sobra la ficción.
Vamos, mi público me espera.
A cambio te dejaré satirizar cada segundo conmigo.
La sopa boba está a punto de servirse.
Y cuando la veas sobre el plato quizás aprendas a valorar la inútil habilidad de esta burda actriz que nunca llegó a nada.
Pero que solo quiso evitarte heridas.
Esta noche dejaré el telón abierto por ti.
“ Tengo varias mascaras en mi vida, de alegría, tristeza, sorpresa, angustia, que uso en varios momentos. Siempre están ahí para reflejar cualquier sentimiento que incluso a veces no siento, pero me ayudan a tener aliento. Las tengo para ese preciso momento en que te encuentro... ”
Me gusta tu forma de emplear las palabras y lograr una buena cohesión en todo el texto. El desenlace es sorpresivo, algo amargo y tierno a la vez.
RépondreSupprimerBesos.
increíble!! quién fuese él para poder disfrutar del espectáculo :)
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