La pequeña Alicia tiene el corazón y las rodillas de cristal.
Busca lunas en los espejos, huye del tiempo en los relojes
y atesora besos escondidos cuando la daña la felicidad.
Hace cábalas mirando a Venus
y usa como dados los astrágalos de sus tobillos.
Su diminuto país le queda grande
y sus senos florecidos cual hibiscos duelen a rabiar.
El gato ha dejado de sonreír para gemir a sus pies,
y ella invoca a la soledad cuando teme a la compañía.
Duerme, pero nunca sueña la pequeña Alicia.
"Tenemos aquí a una soñadora, alguien totalmente fuera de la realidad.
Cuando saltó, seguramente creyó que iba a volar."
Virgin suicides
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire